Los libreros denuncian pérdidas del 30% por la venta de libros en los colegios concertados
Los comerciantes acusan a los centros de utilizar a los docentes, pagados por el Ministerio, para la venta de los textos
JUDIT CALVOUn año más, el gremio de libreros vuelve a mostrar su descontento con la venta de libros de texto por parte de los colegios concertados de la capital. Una práctica que ya supone para los comercios zamoranos una pérdida del 30% de las ventas de comienzo de curso.
Los comerciantes, que ya han denunciado a varios centros por esta situación, que califican de «vergonzosa», consideran que estos colegios les hacen competencia desleal, ya que «son los mismos profesores los que se encargan de vender los libros, unos trabajadores pagados por el Ministerio de Educación y que a ellos les salen gratis, no pagan seguridad social, seguros, los venden en gimnasios o salones de actos y además hasta presionan a los alumnos para que se los compren al colegio, algo que en los alumnos más pequeños les funciona», se pronuncia la secretaria de la Asociación de Libreros de Zamora, María José Jambrina.
Las librerías de la capital aducen que ellos se tienen que mantener todo el año abiertos, y mantienen en plantilla a sus trabajadores, por lo que «las malas mañas y esa manera de andar por detrás que están practicando nos molesta profundamente», se pronuncia la comerciante, refiriéndose en concreto a un colegio «que ni siquiera sacó la lista de libros de Infantil hasta que no le había vendido todos a las familias, y ya está denunciado», explica.
La editoriales que escogen, muchas de ellas católicas, mantienen un trato especial con estos colegios, a los que les hacen descuentos superiores al que los que le practican a las librerías. «Aún así, algunos padres nos han traído la factura de lo que le han cobrado y en una librería le hubiera salido cuatro euros más barato», señala la comerciante.
Además de los descuentos, las editoriales recogen a estos colegios todo el material que les sobra, mientras que las librerías solo pueden devolver el 12%, «en muchas ocasiones nos tenemos que quedar con esos libros, que en nuestro caso mandamos a la cárcel de Topas para que los puedan utilizar para enseñar a los presos que quieren estudiar», explica Jambrina.
Los libreros temen que debido a esta práctica los padres se acostumbren a comprar los libros en los colegios, «siendo un negocio que no es de su competencia, y aunque algunos padres ceden a la intimidación que le hacen a sus hijos por temor a que les traten distinto, otros les plantan cara porque saben que hoy es este negocio, pero pueden comenzar con otro y echar por tierra otras empresas», lamenta.
Y es que además de libros de texto, los libreros denuncian que los colegios concertados están empezando a vender material escolar.
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