"Bombas de lava del tamaño de un camión". La erupción del volcán Anak Krakatoa vista desde el cielo es así de impresionante
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"Si llega el fin del mundo, que me pille en primera fila", que decía aquel. De alguna manera, la capacidad de los humanos para ver belleza incluso en el Apocalipsis es una manera de vencer a la idea de que todo acabará algún día.
La erupción de un volcán es un Apocalipsis en pequeño formato. O no tan pequeño si hablamos del mítico Krakatoa. Este volcán tiene su nombre grabado a fuego, gases y cenizas en la Historia ya que el 27 de agosto de 1883 protagonizó una explosión cataclísmica que figura en los anales como la más grande jamás registrada.
Aquél día, el Krakatoa tuvo una erupción que hizo volar por los aires más de 21 km3 de material volcánico, reduciendo a cero un volcán que medía aproximadamente 790 metros de altitud. Sus efectos climatológicos —con cenizas lanzadas a 80 kilómetros de altura y tsunamis— terminaron de completar el cuadro y añadir miles de afectados en su radio de alcance. Como dato al azar, en la isla de Sesebi, a 13 kilómetros de Krakatoa, fallecieron sus más de 3.000 habitantes y otros 1.000 en la costa de Sumatra por la llamada nube piroclástica, mezcla de gases volcánicos y materiales sólidos calientes. Frente a estos números, casi parece una anécdota que la tremenda explosión supusiera también el sonido más fuerte escuchado en la Historia, siendo oído en Isla Mauricio, a 5.000 kilómetros.
Por ese escarmiento al que nos sometió la naturaleza, cada vez que volvemos a ser testigos de la actividad volcánica en esta zona, el miedo aprendido se activa en nosotros aunque intentemos ser testigos con ánimo científico o admiremos la belleza del evento para alejar las consecuencias de la destrucción.
Esta es la prueba de que los volcanes no son solo destrucción.
El vídeo que encabeza estas líneas muestra la explosión de ceniza que nos avisa de que hay un poderoso magma pugnando por salir. El choque de la ceniza caliente y los gases contra el mar realimenta la ascensión de vapores y cambia las formas de las rocas perimetrales.
James Reynolds grabó las imágenes e impresiona pensar que esto es poca cosa, un breve estornudo, comparado con lo sucedido en 1883.
Aerial footage of an eruption yesterday at Anak #Krakatau - explosions like this were happening every 25 minutes or so for entirety of our stay. Some of those lava bombs were size of trucks! #volcano #Indonesia pic.twitter.com/k6PDshn8CE
— James Reynolds (@EarthUncutTV) 13 de agosto de 2018
Descubre cómo suena un trueno volcánico
Ring of Fire, o Anillo de Fuego, es el bello nombre de una cadena de volcanes y zonas de actividad sísmica en los límites del oceáno Pacífico. Este anillo —más bien una herradura de 40.000 kilómetros— contiene el 75% de todos los volcanes activos en el planeta Tierra. Comprende desde la punta sur de Sudamérica, subiendo por la costa estadounidense, cruza el estrecho de Bering, atraviesa Japón y se adentra en Nueva Zelanda. De todo este volcánico recorrido, Indonesia se lleva la palma en la cantidad de volcanes que la naturaleza le haya adjudicado a un país.
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